viernes, 13 de abril de 2012

Y ahora, UNA BUENA NOTICIA

Las buenas noticias vienen muy bien para que no parezca que los que estamos a favor de la vida estamos arrasador y pasados por el rodillo de los poderes públicos, no; no es así.
Hace un par de semanas se inaugurá en Gijón el nuevo centro de acogida para mujeres embarazadas y rescatadas de abortar. Ya son varias las que están viviendo en la residencia.
Una maravila; pero una maravilla que hay que mantener y para ello hacen falta las aportaciones económicas, grandes, medianas y pequeñas de todos los que creemos en la vida.
Si quieres colaborar puedes hacer tu donativo a nombre de CIDEVIDA (Centro Internacional de Defensa de la Vida Humana) en las siguientes C/C:

Banco de Santander: C/C nº: 0049 1311 582910352206
La Caixa: C/C nº:                    2100 5418 330100159004
Caja España. C/C nº:             2096 0148  753421361204

Muhísimas gracias a todos de parte de las mujeres residentes, y también de CIDEVIDA.

Las cifras de aborto en 2010 siguen aumentando

Ni la nueva regulación del aborto, ni la venta de la «pildora del día después», han evitado que el año pasado aumentara el número de abortos practicados en España. En total, se realizaron 113.031 interrupciones
voluntarias del embarazo (IVE), un 1,3% más que el año anterior. Esto supone 1.550 abortos más. 
Un dato que muchos temían a pesar de que en 2009 hubiesen descendido algo estas cifras (111.482). 


Los datos provienen del informe que todos los años hace público el Ministerio de Sanidad español.

Ningún ser humano es propiedad de otro: ni aborto, ni esclavitud

Puestos a copiar a mi amigo Elentir, hoy lo hago por partida doble. Si me lleva a los tribunales o a la SGAE, espero que no, por lo menos dos causas por el precio de una. Aqui va el artículo de Elentir en "Contando estrelas":


Disfrazar el aborto con la palabra “libertad” e incluso presentar su:
disponibilidad legal como algo que hace genuinamente femeninas a las mujeres no es la primera perversidad de este tipo que se comete en la historia. Hace un siglo y medio otros presentaron la esclavitud como un derecho. Igual que en el caso que nos ocupa, cierta parte de la sociedad aceptaba como algo normal que algunos seres humanos dispusiesen de la vida y la libertad de otros. 
 Entonces el comercio de esclavos era tan influyente como hoy lo es el lobby de los abortorios
En los países donde estaba socialmente aceptado el “derecho” a la posesión de esclavos, cuestionar éste se consideraba cosa de extremistas. Los abolicionistas incluso eran censurados en nombre de ese falso “derecho”. En 1857 el Tribunal Supremo de un país democrático llegó a afirmar: La Constitución de los Estados Unidos reconoce como propiedad a los esclavos, y obliga al Gobierno Federal a protegerla
Y el Congreso no puede ejercer más autoridad sobre propiedad de esa clase que la que pueda ejercer constitucionalmente sobre propiedad de cualquier otra clase.” En 1861 la Constitución de un país teóricamente democrático llegó a mencionar en su Sección 9ª a la esclavitud como “derecho de propiedad sobre los esclavos negros”, prohibiendo cualquier ley que limitase ese “derecho”.
Aquella legislación era un atentado contra la dignidad humana igual que lo son las actuales leyes abortistas. E igual que nadie tiene derecho a poseer a otro ser humano como esclavo, no es ni será nunca un derecho arrebatarle la vida a un ser humano que no puede defenderse y que no ha tenido siquiera la ocasión de hacer mal a nadie. No me importa desafiar una mentira socialmente aceptada y que me señalen por ello. A los abolicionistas -a pesar del rechazo que eso despertaba- tampoco les importó desafiar la mentira del “derecho” a poseer esclavos. El aborto es un acto de violencia que destruye el pilar sobre el que se asientan todos los demás derechos del individuo: el derecho a la vida. Disfrazar con la palabra “libertad” una agresión contra el derecho a la vida es un acto tan cínico y perverso como lo fue llamar “derecho” a la posesión de esclavos, y da lo mismo que la mentira la diga un Tribunal Supremo, una Constitución o un Ministro de Justicia.


Duro ¿verdad?; pero no por ello menos cierto. Posíblemente a unos cientos de metros de tu casa se produzca continuamente la masacre que ves en la terrorífica foto.

Tener derecho a matar a un hijo no hace más auténtica a ninguna mujer

Falaz debate sobre el aborto entre Ruiz Gallardón (PP) y Lertxundi (PSOE)

Tengo que empezar esta entrada confesando que, como mis neuronas ya no me dan para más, me tengo que dedicar a copiar, pero copiar solamente lo bueno, que desgraciadamente hay poco. El bien es escaso.
Esta entrada está copiada de mi buen amigo Elentir que, desde Vigo,  con su Web "Contando estrelas" dice verdades como puños y de tan patentes y rotundas que son, a veces algunos se ponen nerviosos. A estos les recomendaría una taza de tila  y una cisterna de sentido común. 
Sin más, ahí va la reflexión de mi amigo Elentir:
Hace unos días  se produjo en el Senado un debate que demuestra el grado de indigencia moral al que han llegado ciertos políticos. Por un lado Alberto Ruiz Gallardón se enredó en torno al concepto de “la libertad de maternidad” en un debate con el senador socialista Roberto Lertxundi, a la sazón fundador y presidente del abortorio Euskalduna (el mayor de los que existen en el País Vasco). El Ministro de Justicia explicó así ese concepto:
“Yo hablo de una libertad para la mujer que no se vea condicionada ni por expectativas ni por prejuicios, una libertad que signifique que no tenga que decidir en función de intereses económicos, sino en función de su propia libertad de elección.”
Pero ¿de qué “elección” habla? Pues de elegir si se mata a un hijo nonato o no. Grotesca capacidad de elección la que pone el señor Ministro en manos de las mujeres.
Volvemos a los tiempos en que ciertos humanos eran propiedad de otros
Ya de por sí, la definición que hizo Gallardón de esa “libertad de maternidad” es alarmante (¿coincidirá con esa forma de pensar la reforma de la Ley del Aborto que ha anunciado), lo que más perplejo me ha dejado es que Gallardón ha dicho que “la libertad de maternidad hace a las mujeres auténticamente mujeres”. Ante esa declaración del Ministro de Justicia se deduce que opina que la auténtica feminidad radica en tener la posibilidad de matar a un hijo antes de que nazca. Si ésa es la idea que Gallardón tiene de la verdadera feminidad, personalmente ya no sé si trataba de hacer un guiño a las feministas o si lo que pretendía era hacer una manifestación pública de mal disimulada misoginia. Me atrevo a afirmar que esto es lo que pensaría la persona que escribió estas palabras:
“Cuando consideramos que las mujeres son tratadas como una propiedad, es degradante para las mujeres que tratemos los hijos como una propiedad que se puede desechar como queramos.”
Lo escribió Elizabeth Cady Stanton (1815-1902), una de las pioneras del movimiento por los derechos de la mujer en Estados Unidos. A propósito del tratamiento de las mujeres como una propiedad de los hombres -una agresión a la dignidad de la persona que ahora los abortistas pretenden trasladar a la relación entre la madre y su hijo nonato-, la escritora feminista estadounidense Daphne de Jong hizo la siguiente reflexión:
Las primeras batallas feministas fueron luchar contra el estado legal de bienes muebles de las mujeres. Muchas feministas estaban entre los que volcaron la sentencia del Tribunal Supremo de EEUU de 1857, de que un esclavo negro era “propiedad” y no titular de la protección de la Constitución. El feminismo rechazó totalmente el concepto de propiedad respecto de los seres humanos. Pero cuando el Tribunal dictó en 1973 que el feto era propiedad de su madre, y no titular de la protección de la Constitución, mujeres liberadas bailaron en las calles.”