"Hace 54 años, mi madre acudió al médico. Se encontraba en el segundo mes de
embarazo y su marido era alcohólico. Tenía afección sifilítica y uno de sus
hijos era retrasado mental. Además, en la familia había varios sordos. El médico
decretó la interrupción del embarazo, pero mi madre se negó. Siete meses más
tarde nací yo. Hoy, en 1824, en Viena, estreno mi novena sinfonía, mi canto
personal a la alegría de vivir” (Himno a la alegria).
Qué fuerte! dirían los jóvenes.