Copio el titular de la entrada de la de mi amigo Elentir, trabajador infatigable y preclaro defensor de los derechos humanos, sobre todo de los más indefensos como son los que aún están en el vientre materno.
Pues ahora, "esta sociedad y progresista" quiere ir más lejos; bueno, nó todos pero sí unos cuantos que en base a un manejo del lenguaje y a una filosofía demagógica articulan unos razonamientos que justifican todo.
El artículo de Elentir comienza así:
El 22 de febrero una revista médica británica publicó un artículo defendiendo
el infanticidio de recién nacidos, bajo el título de “Aborto tras el nacimiento: ¿por qué el bebé debería vivir?”.
Los argumentos de sus autores, los filósofos Alberto
Giubilini y Francesca Minerva, son los mismos que emplean otros para
defender el aborto provocado. Así, ambos afirman que “las mismas
razones que justifican el aborto también justifican matar a la persona en
potencia cuando está en la etapa de recién nacido.”
Terrible ¿verdad?; terrible pero cierto. Hasta dónde puede llegar la perversión humana!!
Más que llegar, retroceder. Los espartanos despeñaban a los niños recien nacidos que, según ellos, no eran fuertes, desde el monte Taigeto.
Ahora todo pasa más desapercibido: se coge al recien nacido, se le pone una inyección letal o cualquier otra cosa, todo ello en privado, nadie lo ve... y ojos que no ven...
Si encontráramos en un vertedero de basuras un montán de niños recien nacidos muertos todo el mundo se escandalzaría, intervendría la policía, cogerían-o nó- a los autores, se les juzgaría por tan horrendo crimen y se les enviaría a la carcel.
Pues eso mismo, igual, exactamente igual es lo que estos individuos proponen. ¿Nos vamos a quedar quietos? ¿miraremos para otro lado?.
Si no hay otros medios a nuestro alcance, por lo menos están las "cartas al Director" y está Internet. Podemos - y debemos - hacer mucho.
Terrible ¿verdad?; terrible pero cierto. Hasta dónde puede llegar la perversión humana!!
Más que llegar, retroceder. Los espartanos despeñaban a los niños recien nacidos que, según ellos, no eran fuertes, desde el monte Taigeto.
Ahora todo pasa más desapercibido: se coge al recien nacido, se le pone una inyección letal o cualquier otra cosa, todo ello en privado, nadie lo ve... y ojos que no ven...
Si encontráramos en un vertedero de basuras un montán de niños recien nacidos muertos todo el mundo se escandalzaría, intervendría la policía, cogerían-o nó- a los autores, se les juzgaría por tan horrendo crimen y se les enviaría a la carcel.
Pues eso mismo, igual, exactamente igual es lo que estos individuos proponen. ¿Nos vamos a quedar quietos? ¿miraremos para otro lado?.
Si no hay otros medios a nuestro alcance, por lo menos están las "cartas al Director" y está Internet. Podemos - y debemos - hacer mucho.
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