viernes, 13 de abril de 2012

Ningún ser humano es propiedad de otro: ni aborto, ni esclavitud

Puestos a copiar a mi amigo Elentir, hoy lo hago por partida doble. Si me lleva a los tribunales o a la SGAE, espero que no, por lo menos dos causas por el precio de una. Aqui va el artículo de Elentir en "Contando estrelas":


Disfrazar el aborto con la palabra “libertad” e incluso presentar su:
disponibilidad legal como algo que hace genuinamente femeninas a las mujeres no es la primera perversidad de este tipo que se comete en la historia. Hace un siglo y medio otros presentaron la esclavitud como un derecho. Igual que en el caso que nos ocupa, cierta parte de la sociedad aceptaba como algo normal que algunos seres humanos dispusiesen de la vida y la libertad de otros. 
 Entonces el comercio de esclavos era tan influyente como hoy lo es el lobby de los abortorios
En los países donde estaba socialmente aceptado el “derecho” a la posesión de esclavos, cuestionar éste se consideraba cosa de extremistas. Los abolicionistas incluso eran censurados en nombre de ese falso “derecho”. En 1857 el Tribunal Supremo de un país democrático llegó a afirmar: La Constitución de los Estados Unidos reconoce como propiedad a los esclavos, y obliga al Gobierno Federal a protegerla
Y el Congreso no puede ejercer más autoridad sobre propiedad de esa clase que la que pueda ejercer constitucionalmente sobre propiedad de cualquier otra clase.” En 1861 la Constitución de un país teóricamente democrático llegó a mencionar en su Sección 9ª a la esclavitud como “derecho de propiedad sobre los esclavos negros”, prohibiendo cualquier ley que limitase ese “derecho”.
Aquella legislación era un atentado contra la dignidad humana igual que lo son las actuales leyes abortistas. E igual que nadie tiene derecho a poseer a otro ser humano como esclavo, no es ni será nunca un derecho arrebatarle la vida a un ser humano que no puede defenderse y que no ha tenido siquiera la ocasión de hacer mal a nadie. No me importa desafiar una mentira socialmente aceptada y que me señalen por ello. A los abolicionistas -a pesar del rechazo que eso despertaba- tampoco les importó desafiar la mentira del “derecho” a poseer esclavos. El aborto es un acto de violencia que destruye el pilar sobre el que se asientan todos los demás derechos del individuo: el derecho a la vida. Disfrazar con la palabra “libertad” una agresión contra el derecho a la vida es un acto tan cínico y perverso como lo fue llamar “derecho” a la posesión de esclavos, y da lo mismo que la mentira la diga un Tribunal Supremo, una Constitución o un Ministro de Justicia.


Duro ¿verdad?; pero no por ello menos cierto. Posíblemente a unos cientos de metros de tu casa se produzca continuamente la masacre que ves en la terrorífica foto.

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