viernes, 13 de abril de 2012

Tener derecho a matar a un hijo no hace más auténtica a ninguna mujer

Falaz debate sobre el aborto entre Ruiz Gallardón (PP) y Lertxundi (PSOE)

Tengo que empezar esta entrada confesando que, como mis neuronas ya no me dan para más, me tengo que dedicar a copiar, pero copiar solamente lo bueno, que desgraciadamente hay poco. El bien es escaso.
Esta entrada está copiada de mi buen amigo Elentir que, desde Vigo,  con su Web "Contando estrelas" dice verdades como puños y de tan patentes y rotundas que son, a veces algunos se ponen nerviosos. A estos les recomendaría una taza de tila  y una cisterna de sentido común. 
Sin más, ahí va la reflexión de mi amigo Elentir:
Hace unos días  se produjo en el Senado un debate que demuestra el grado de indigencia moral al que han llegado ciertos políticos. Por un lado Alberto Ruiz Gallardón se enredó en torno al concepto de “la libertad de maternidad” en un debate con el senador socialista Roberto Lertxundi, a la sazón fundador y presidente del abortorio Euskalduna (el mayor de los que existen en el País Vasco). El Ministro de Justicia explicó así ese concepto:
“Yo hablo de una libertad para la mujer que no se vea condicionada ni por expectativas ni por prejuicios, una libertad que signifique que no tenga que decidir en función de intereses económicos, sino en función de su propia libertad de elección.”
Pero ¿de qué “elección” habla? Pues de elegir si se mata a un hijo nonato o no. Grotesca capacidad de elección la que pone el señor Ministro en manos de las mujeres.
Volvemos a los tiempos en que ciertos humanos eran propiedad de otros
Ya de por sí, la definición que hizo Gallardón de esa “libertad de maternidad” es alarmante (¿coincidirá con esa forma de pensar la reforma de la Ley del Aborto que ha anunciado), lo que más perplejo me ha dejado es que Gallardón ha dicho que “la libertad de maternidad hace a las mujeres auténticamente mujeres”. Ante esa declaración del Ministro de Justicia se deduce que opina que la auténtica feminidad radica en tener la posibilidad de matar a un hijo antes de que nazca. Si ésa es la idea que Gallardón tiene de la verdadera feminidad, personalmente ya no sé si trataba de hacer un guiño a las feministas o si lo que pretendía era hacer una manifestación pública de mal disimulada misoginia. Me atrevo a afirmar que esto es lo que pensaría la persona que escribió estas palabras:
“Cuando consideramos que las mujeres son tratadas como una propiedad, es degradante para las mujeres que tratemos los hijos como una propiedad que se puede desechar como queramos.”
Lo escribió Elizabeth Cady Stanton (1815-1902), una de las pioneras del movimiento por los derechos de la mujer en Estados Unidos. A propósito del tratamiento de las mujeres como una propiedad de los hombres -una agresión a la dignidad de la persona que ahora los abortistas pretenden trasladar a la relación entre la madre y su hijo nonato-, la escritora feminista estadounidense Daphne de Jong hizo la siguiente reflexión:
Las primeras batallas feministas fueron luchar contra el estado legal de bienes muebles de las mujeres. Muchas feministas estaban entre los que volcaron la sentencia del Tribunal Supremo de EEUU de 1857, de que un esclavo negro era “propiedad” y no titular de la protección de la Constitución. El feminismo rechazó totalmente el concepto de propiedad respecto de los seres humanos. Pero cuando el Tribunal dictó en 1973 que el feto era propiedad de su madre, y no titular de la protección de la Constitución, mujeres liberadas bailaron en las calles.”

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