Dos
científicos de primer orden han sido premiados conjuntamente con el premio
Nobel de Medicina 2012. Mientras el británico ha dirigido sus investigaciones
preferentemente hacia las células madre embrionarias y la clonación, el japonés
inició una nueva línea prometedora porque en ella no hay necesidad de destruir
embriones humanos.
El médico
japonés Shinya Yamanaka está considerado el padre
de las llamadas células células madre pluripotentes inducidas
(iPS), que poseen la capacidad de convertirse en cualquier tipo celular
especializado.
Especialista
en cirugía ortopédica, de 50 años, logró en 2006 generar las células madre
pluripotentes inducidas (iPS) con características que, hasta entonces, los
investigadores creían que sólo poseían las células madre embrionarias.
Sus
primeros logros los hizo a partir de células adultas obtenidas de la piel de
ratones, y para 2007 había conseguido generar con éxito células iPS también a
partir de células de piel humana. El descubrimiento, una verdadera revolución,
superó el uso de las células madre embrionarias, cuya obtención plantea
problemas éticos y conlleva grandes dificultades.
Actualmente
es director del Centro para la Investigación y la Aplicación de Células iPS de
la Universidad de Kioto, donde lleva a cabo su trabajo con el objetivo, afirma,
de contribuir al desarrollo de la medicina regenerativa.

Yamanaka
considera que la investigación de las células iPS aún está en sus pasos
iniciales, ya que todavía se debe constatar que son seguras y eliminar los
riesgos antes de su aplicación clínica.
Resulta
cuando menos curioso que, a pesar de los repetidos fracasos en los experimentos
con células madre embrionarias, se hayan destinado cantidades exorbitantes
de recursos económicos a una técnica
ineficaz y anti-ética pues destruye embriones que, no por ser pequeñitos dejen
de tener vida si no se les molesta y se les deja tranquilos.
Para un
servidor, el japonés Yamanaka merecería, al menos, dos premios: el Nobel de
Medicina – que ya tiene- y el que, sin duda, les conceden las múltiples
Asociaciones pro-vida. Por la parte que me corresponde, al formar parte de la
Junta Directiva de una de ellas, tendrá un lugar de honor en nuestra Exposición
Permanente de la Vida sita en la histórica villa de Tordesillas (Valladolid).
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